domingo, 4 de junio de 2017

De vino y rosas




como hijas e hijos de sensaciones antiguas
prendidas a un tiempo esperanzado
que todavía luchas
que todavía llevas puesto
en el pañuelo el vestido la garganta
las manos marchitas
de guerras que siempre perdimos
revoluciones que nunca fueron las nuestras
y sin embargo
nos vaciaron hasta el fondo
como el amor abatido
a la luz de las copas las miradas los cuerpos
y dices dale y es tarde y mañana te marchás
y quizá tu melena sepa algo de eso
afuera siguen las protestas mira afuera
han sellado bajo rosas en el suelo
las fechas y los nombres de los muertos
y suena una música déjame entrar
en tu laboratorio de latidos disecados
en tu taller de arquitecturas precisas
de color y de vida
y déjame beber del néctar de plata que se derrama entre tus dedos
que es tarde y nos hemos rendido
una y mil veces ante todos los inviernos
pero es de noche y la noche
es una garra suave que sigue acechando

indómita

las fronteras de los cuerpos





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