jueves, 20 de abril de 2017

Primavera frecuente




Es esa sensación. Ya la conoces.
El tren asciende a la superficie
y te sorprende el día
amaneciendo
(ha venido con colores nuevos)

Lees los periódicos. Anoche
lloraron los niños de Siria,
perdieron los de siempre la Liga,
hicieron a Trump presidente del mundo,
mataron a Dios en Palestina.

Y anuncia el Corte Inglés
que la primavera ha llegado
pero yo lo sabía de antes
cuando vi, tímidamente,
tu bicicleta aparcada en mi puerta
y tu vestido de seda
y  tus labios fruta de temporada (tiempo preciso de espera)
y en las yemas de tus dedos floreciendo
alondra de antigua ausencia.

Primavera
que se desborda
por los bancales de barro y de piedra.
Parece que llega tarde.
Parece que nunca llega.
La aguarda tu pecho abierto
como surco sediento en la tierra,
nostálgico
de manos labradoras
y de brotes furtivos de hierba.

A pesar del fuego abierto, los frentes y las trincheras
la primavera es frecuente,
la primavera se cuela
en los pasos, las esperas
las miradas de la gente.

Hay una distancia, un tiempo,

                                                              una luz

que nos apremia.

Abre el balcón. Un campo

            infinito

de aletargados corazones de mármol

está despertando afuera.







Ilustración: Cuando se me da la vuelta el corazón y florece (Técnica: punta seca grabado. María Belén Corso. 2014)

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