martes, 11 de septiembre de 2018

Los hilos que enhebran nuestra historia



Hay trazos invisibles que conectan
los puntos más lejanos en un mapa,
sonidos de armonía disonante
y palabras con rima imposible
que, en verso, se buscan y se intentan,
se atientan,
luchan siempre por tocarse.


Hay jardines que crecen a la sombra
de eriales, de campos de batalla
y flores muertas con olor que permanece
detenido en un instante.


Y hay, a veces, miradas que, en un gesto,
se cruzan abocadas a encontrarse.


Los escépticos se empeñan en nombrar
la magia para deslegitimarla:
azar, casualidad, destino, karma.


Pero no hay nada escrito,
nada decidido.


Es una chispa, una intuición, una descarga,
el anhelo de un posible
lo que cada mañana nos enciende
y pone en funcionamiento
la maquinaria.


Y son infinitos hilos de colores
los que tejen una red.
Se enhebran y entrelazan
y tiran de nosotros ante el empuje
irrefrenable
que inspiran las miradas,
que ejercen las palabras,
que desatan los besos
y que incendia el amor
por cada causa.









Imagen: florecer en las vías del tren camino de Roma a Ladispoli (Lazio, Italia.2017)

No hay comentarios:

Publicar un comentario