jueves, 17 de abril de 2014

Descenso


La mesa puesta, el vino, el pan partido
tu palabra palpitante en la memoria
y al filo del ocaso fugitivo
la silueta que se entrega, silenciosa
a la noche más oscura de la historia.

A tu derecha el pórtico vacío
de lenguas disecadas y oblaciones
y a los pies del estandarte de proscrito
la agónica orfandad de las naciones.

Desciende de este el árbol que te yergue
hasta los pozos más profundos de los hombres.

Desciende por arterias luminosas
que abrazan los latidos silenciados
de los que heredan la intemperie de las horas.

Desciende en vertical desde las ramas
hasta el lugar donde claudica, fronterizo
el frío sedimento de la muerte

al caudal de tu savia enamorada.





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