Estos versos hablan del viaje como metáfora de la vida y están
inspirados por el poema Ítaca del poeta griego Constantino Cavafis.
Periplo
Saldrás
con las luces rojas de la
madrugada,
atravesando el asfalto
solitario en la única compañía
de interlocutores anónimos de
baja frecuencia,
corazones radiofónicos en
vela.
El neón te alertará
de los desvíos del camino,
de los cantos de sirena
atragantados
en copas derramadas en noches
y mañanas de resacas
fugitivas.
Desoye el clamor vacío
de sonrisas de nieve en
portadas de prensa.
No hagas caso
a los destellos vistosos de
felicidad fugaz
que ofertan los cruces de tu
travesía.
Para tu viaje
no necesitarás mapa, ni
navegador, ni guía.
Tan solo la confianza,
brújula
de tu alma peregrina.
Encontrarás,
en las cunetas,
a viajeros extraviados,
cansados o bien
desencantados
con el caprichoso trazo del
trayecto
o el nublado horizonte del
destino.
No te asustes.
En su rostro forastero
pronto reconocerás
la mirada del hermano
que marcha contigo.
No precipites el paso.
Descansa al calor
del hogar fraterno
que te ofrece abrigo
y reanuda el viaje, al alba,
con pulso firme y espíritu
convencido
de que al otro lado aguardan
el Sol poniente sobre la
arena,
ciudades blancas y veredas
nuevas
y la caricia de la brisa que
el nuevo día estrena.
Y llámame, si llegas pronto,
y si tardas,
llámame,
que te estaré esperando
la puerta abierta
la mesa
puesta
el pan partido
y un lienzo para pintar
tus historias, tus cansancios
y atesorar, en sus trazos,
el poso de lo vivido.
Chapeau¡
ResponderEliminar