sábado, 11 de mayo de 2013

Vida de cine



Parece que era ayer cuando soñábamos
fantasías de celuloide acrisolado
al calor de una noche de verano,
maravilla de la infancia en nuestras manos.

Georgia Hale derretía los corazones
buscadores de quimeras olvidadas
en la fiebre de oros muy lejanos.
Y nosotros buscábamos doblones
de tesoros escondidos en la Arcadia,
en la patria de dulces despertares,
que era un patio de aventuras escolares.

Luego Anita se bañaba en la Fontana
a la luz del proyector incandescente.
Era Eros emergiendo entre las aguas,
era magia de un amor adolescente.

Y vinieron los viajes y caminos,
los aromas de los pasos compartidos.
La amistad como bastión inmensurable
y la vida, sueño y cine.                                          
Ya lo sabes.




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