viernes, 18 de septiembre de 2015

Lluvia.



Llueve.

La lluvia me recuerda a ti.

La lluvia, con esa suerte

de irrupción furiosa,

de aparición violenta,

de intromisión furtiva.


La lluvia nos huye y nos confina

al anonimato de la esquina,

al secreto del silencio,

a la penumbra de la plaza.


Bajo la lluvia

solo somos dos manchas de colores,

acuarelas

que se encienden y se funden


en el reflejo del agua.








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