Medir
en bruto el peso de las cosas
en
este altar de barro. Haber bebido
la
sustancia profunda del sentido.
Saciar
la sed en ánforas preciosas.
Creer
que la vigilia transfigura
el
sueño. El mundo mira agradecido
las
manos que transforman, el sonido
de
gargantas ardiendo con bravura.
Retar
a la rutina del fracaso,
a
la incercia constante a lo prohibido.
Luchar, seguir. Sentir a cada paso.
Rendirme
a la locura si te miro.
Alzar
el vuelo indómito. Saber
perderlo
y darlo todo en un suspiro.
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